Jesús Ponce Cárdenas. Écfrasis: visión y escritura. Madrid: Editorial Fragua, 2014. 226 pp.

 

La écfrasis está presente en la literatura occidental desde sus orígenes, la descripción del escudo de Aquiles en la Ilíada o las Imagines de Filóstrato son algunos ejemplos inaugurales. Comúnmente se la entiende como la representación verbal de una representación visual, ya sea una pintura, una fotografía o una escultura. En la actualidad, su uso se ha extendido también al cine y la música.

En el campo de la literatura comparada, y particularmente en la vertiente que se ocupa de la relación entre imagen y texto, la écfrasis ostenta un lugar privilegiado. A partir de la década de los noventa y hasta la fecha, se aprecia un considerable auge de los estudios sobre el tema, principalmente en la crítica anglosajona y francesa, donde concita notable interés.

No sucede lo mismo en la crítica latinoamericana y española; si bien existen artículos y tesis, son pocos los libros dedicados completamente a la écfrasis. En este escenario, hay que destacar la investigación realizada por Román de la Calle (El espejo de la écfrasis) en España, y por Luz Aurora Pimentel (El espacio en la ficción) e Irene Artigas (Galería de palabras) en México. El valor de sus respectivos trabajos no radica, evidentemente, solo en el hecho de haber sido escritos en español, cada uno contribuye de manera exhaustiva y profunda a la comprensión de un concepto en torno al cual aún existen problemáticas por resolver.

En esta misma senda se sitúa Écfrasis: visión y escritura de Jesús Ponce Cárdenas (2014), profesor de la Universidad Complutense de Madrid, especialista en poesía del Siglo de Oro español. Sin embargo, a diferencia del trabajo de los especialistas nombrados, el suyo tiene un carácter menos teórico, ya que su propuesta se sustenta mayoritariamente en el análisis textual de los diversos cuadros y poemas que conforman su objeto de estudio.

El volumen se inicia con un breve panorama crítico, que es examinado más en profundidad en las notas al final de cada capítulo. Un aspecto prácticamente insoslayable de esta primera parte es la elucidación de la diferencia que el término “écfrasis” tiene hoy en día respecto del que tenía en su origen. Para los lectores contemporáneos es Leo Spitzer en 1955 quien lo actualiza y acota a “descripción poética de una pintura o escultura”; mientras que antes, denominaba a toda descripción rica y detallada que provocara la visión de aquello descrito.

Ponce Cárdenas concibe la écfrasis como una “transposición de arte”, es decir, como la traducción de una obra pictórica a una obra literaria. Como hacen otros críticos, le asigna un sentido de homenaje al creador plástico y a las artes visuales. Por otra parte, esta concepción, que conlleva la existencia de una fuente icónica previa, le permite afirmar que un poema ecfrástico no es un texto autónomo. Se trata de un proceso que implica un movimiento doble de parte del escritor y también del lector, pues se requiere de este que descifre el texto y su referente visual.

Por otra parte, establece una distinción entre textos ecfrásticos y para-ecfrásticos. En los segundos, la atención suele desplazarse desde el cuadro hacia el pintor, el espectador o hacia el museo. Por su parte, Ponce Cárdenas se enfoca en los primeros y selecciona para su análisis un amplio espectro de poemas. En todos los casos la referencia visual es real y corresponde a un cuadro figurativo.

Considerando los rasgos distintivos de cinco géneros pictóricos: naturaleza muerta, paisaje, retrato, costumbrista e histórico, el autor se dedica a esclarecer las particularidades de la creación literaria: “La adscripción de los poemas a un género tradicional de la pintura conlleva a menudo importantes consecuencias pragmáticas, temáticas y estructurales”(215). La metodología consiste en examinar los poemas considerando las características propias de cada género. Este proceder demuestra ser un fructífero instrumento de acceso a las diversas écfrasis y, otra parte sirve para estructurar el libro; cada capítulo se corresponde con uno de los cinco paradigmas genéricos mencionados.

Resulta muy interesante el recorrido que emprende el autor: primero examina los orígenes pictóricos de cada género, posteriormente habla de sus representantes principales en Europa, particularmente en España y después se explaya sobre la tradición literaria a la que dieron origen. No solo cita ejemplos del ámbito español, sino que constantemente alude a épocas y geografías diversas. De esta forma, establece el imprescindible diálogo que requiere este tipo de crítica.

Describe y revela una visión personal de los cuadros de referencia, sin embargo, el interés se centra fundamentalmente en los poemas, los cuales analiza tanto a nivel formal como semántico. Los textos pertenecen a los últimos cincuenta años, periodo en que el autor distingue una presencia constante de obras que corresponden al tipo “museo verbal”. Esta constatación está íntimamente ligada al hecho de que en algunas épocas de la historia el diálogo entre las artes es más constante y evidente, así ocurre en el Barroco o en la literatura de fin-de-siècle.

Cabe destacar la función metapoética que poseen casi todos los textos ecfrásticos. Ponce Cárdenas cree que el planteamiento de problemáticas en torno al lenguaje permite a la écfrasis ir más allá y convertirse en una reflexión sobre la identidad humana. En Écfrasis: visión y escritura nos muestra el funcionamiento de un mecanismo complejo y nos orienta para que comprendamos su rol en los poemas escogidos. Pero no se queda aquí, una cualidad de su investigación es que nos permite inferir criterios más generales, pertinentes a toda écfrasis. De este modo, este volumen se posiciona como una aportación significativa tanto a los estudios sobre el tema como a la disciplina interartística.

 

Izaskun Arrese Ortiz
Universidad de Barcelona
izaskunarrese@gmail.com