El problema fundamental que encuentra en Chile una tentativa renovación artística, es un problema de cultura. Un país nuevo, sin tradiciones estéticas ni bellos monumentos que en naciones más antiguas constituyen viva enseñanza y permanente ejemplo, necesita la creación de un ambiente propicio, que recoja y difunda la irradiación de los centros culturales más evolucionados, dando estímulo al mismo tiempo a nuestros valores artísticos incipientes. En este camino, consideramos un paso definitivo a la incorporación de una Facultad de Bellas Artes a la Universidad, que ha venido a situar la cultura estética en el centro mismo de la educación superior, como un reconocimiento del valor trascendental del arte entre las elevadas disciplinas del espíritu.
Desde esta posición, que si misma dignifica los estudios artísticos, correspondiente a la Facultad ser el núcleo que coordine y oriente esta enseñanza, impulsándola con amplitud de criterio y espíritu progresista. Pero no solo esta misión está reservada a la Facultad de Bellas Artes. La conciencia artística de un pueblo no sólo se logra mediante la enseñanza de la cátedra, cuya acción se limita a quienes una especial vocación destina al cultivo del arte. Es cierto que el acertado logro de estas vocaciones repercutirá indudablemente en la cultura general. Pero esta acción indirecta no obtendrá todo su fruto si conjuntamente no se procura la comprensiva reacción del medio, sin cuya base el artista se producirá como un fenómeno aislado, sin raigambre profunda con el alma de la colectividad.
En este sentido, una verdadera cruzada de difusión artística es hoy día necesaria. Y en ningún dominio más urgente que en todo lo que dice relación con la cultura plástica. Ella es un terreno casi virgen aun, por la razón muy explicable de que las artes plásticas, dada su naturaleza, no pueden difundirse fácilmente como la literatura o la música. Se necesitarían buenos museos, hermosos monumentos y construcciones arquitectónicas de valor para mejorar en este sentido el nivel del gusto público. Es posible que este ideal sea realizado en el futuro; por el momento, debemos recurrir a los medios a nuestro alcance, y ninguno talvez más oportuno y eficaz que la edición de una revista de Arte.
Ella estará destinada a ser para el público un guía comprensivo, que lo incite a interesarse por los problemas artísticos, los cuales se propone desarrollar en vasto panorama histórico, sin excluir nada que presente un aspecto significativo, y dedicando especial atención a toda manifestación valiosa del arte de nuestro país.
Considerando la importancia histórica de la Revista de Arte, La Dirección de Bibliotecas de la Facultad de Arte a cargo de Yessika Zuta U., incluyó en el Proyecto de Digitalización de publicaciones patrimoniales ingresándola al Portal de Revistas de la Universidad de Chile en el año 2013.
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